jueves, 1 de abril de 2010


Había una vez, un barquito de papel,
que soñaba con conocer el mar,
y poder navegar.
Hasta que vino el día malo,
y el barquito se resignó,
dejó de soñar,
dejó de esperar.
Pero cuando menos lo esperaba en unas manos se posó,
y ahí vive el barquito,
en nuestra IMAGINACIÓN.

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