lunes, 30 de agosto de 2010

Desde que estudio Psicología (p. I)

Hace unos 7 meses no me hubiese imaginado siquiera decir algo de esto, o sea caí en la cuenta de que el mundo en que viví no es como creía. Si, así mismo. No hay más verdad, no hay una única realidad, no hay teoría de Darwin hecha por Darwin, no hay noche o día, no hay bueno o malo, no hay peces que no se mueran, ni siquiera hay vasitos limpios para tomar agua del dispenser. Pero lo que más me asusta de estudiar psicología es que ya no existe la felicidad, al menos una que perdure.
¿Por qué digo esto? Y mirá, querido lector, si hay una realidad para cada persona, el pozo (si, ese en el que pensaba que ya no podía caer más hondo) no tiene fondo, y felicidad se supondría algo así como el momento en que el deseo cesa, y estoy jodido, diría Mario Benedetti.
Si mi deseo cesa es o porque lo conseguí todo o porque nunca tuve nada, o un poco de cada uno, si así fuera habría muerto, por lo tanto habría alcanzado la felicidad y a su vez no sería capaz de sentirla/experimentarla/conocerla/pensarla. Y la solución viene acá, un buen amigo me dijo que existe un momento si en el que no queremos más que desear lo que sentimos, y ahi nos encontramos con la petite mort.
Bienvenido a un nuevo viaje, querido lector.

domingo, 22 de agosto de 2010

De poca importancia.

Muy poco me importa tu mal humor matutino; que no te llamen por tu nombre; que te guste el fernet más que puro, que no entienda tu música, que tus problemas radiquen en la existencia; que tenga que ponerme en puntas de pie para abrazarte, que tengas ojos marrones y piel trigueña.
De verdad que no me importa tu pasión por las fiestas, tu vida nocturna, que no me quieras como te quiero yo, que te comas las uñas y uses un adjetivo para referirte a mí.
Y todo es porque sé que a vos de importarte no te importa que juegue con mi pelo, que te bese con los ojos abiertos, que cada oración termine con "¿entendés?", que grite en vez de hablar, que me siente sobre el coxis, que desconfíe demás.
Pero que va a importarte a vos una despedida como lo es esta, que va importarte que me importes.

viernes, 13 de agosto de 2010

Enamorarme de la consideración.

Ayer, de verdad quería un AMOR, hoy, después de 24hs, y un poco más, estuve de cara al techo viendo lo inservible que se torna "intentar" amar a alguien o a cualquiera, porque en verdad lo que buscamos todos es la consideración que implica el amor.
Que se nos considere cuando planeamos una salida, que se nos considere cuando tenemos que ir al baño, que no nos dejen a la deriva en una cita, que tengan en cuenta nuestros deseos, nuestros fetiches, que los conozcan. Y todo esto a qué va? ¿Dónde está el vacío que queremos llenar?
Para empezar, nos carcome la idea de que nos pongan en la categoría, muy kantiana por cierto, que nos condiciona a ser irrelevante, como nulos, inválidos, transparentes más especificamente "hombres", mujeres también. Ahí es donde entra mi proposición, "tengo que empezar a enamorarme", siquiera de una mosca, de mis peces, de mi reflejo en el espejo, mínimamente aprender a considerar.

martes, 10 de agosto de 2010

Enamorarme.

Cuando ni siquiera un California's SUN (vodka, jugo de pera-melón & kerosene) y reggeaton bien fuerte, pueden subirte el ánimo, caés en la cuenta de que la vida puede cambiar muy repentinamente, y más cuando tenés un facebook que muestra una cruel realidad.
Suelo ser muy realista, o por lo menos lo intento, cuando se trata de estas situaciones amorosas, en las que de verdad, lo único que te queda es el angustioso vacío de sufrir por alguien que te quiere, o no te quiere; pero HOY, no! Hoy es el día en el que puedo decir: LA RE CAJETA DE LA LORA! Tengo que empezar a enamorarme.