lunes, 30 de agosto de 2010

Desde que estudio Psicología (p. I)

Hace unos 7 meses no me hubiese imaginado siquiera decir algo de esto, o sea caí en la cuenta de que el mundo en que viví no es como creía. Si, así mismo. No hay más verdad, no hay una única realidad, no hay teoría de Darwin hecha por Darwin, no hay noche o día, no hay bueno o malo, no hay peces que no se mueran, ni siquiera hay vasitos limpios para tomar agua del dispenser. Pero lo que más me asusta de estudiar psicología es que ya no existe la felicidad, al menos una que perdure.
¿Por qué digo esto? Y mirá, querido lector, si hay una realidad para cada persona, el pozo (si, ese en el que pensaba que ya no podía caer más hondo) no tiene fondo, y felicidad se supondría algo así como el momento en que el deseo cesa, y estoy jodido, diría Mario Benedetti.
Si mi deseo cesa es o porque lo conseguí todo o porque nunca tuve nada, o un poco de cada uno, si así fuera habría muerto, por lo tanto habría alcanzado la felicidad y a su vez no sería capaz de sentirla/experimentarla/conocerla/pensarla. Y la solución viene acá, un buen amigo me dijo que existe un momento si en el que no queremos más que desear lo que sentimos, y ahi nos encontramos con la petite mort.
Bienvenido a un nuevo viaje, querido lector.

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